Los nuevos desarrollos en la tecnología de las baterías parece que van a acelerar la adopción masiva de vehículos electrificados. Sin embargo, hay sectores de la industria que no están reaccionando adecuadamente. Las últimas informaciones sobre la tecnología de las baterías de estado sólido urgen a prepararnos para la inevitabilidad de la electrificación del automóvil. 

Te las vamos a contar en seguida. Pero antes, para no alterar de más según qué frecuencias cardiacas, debemos anticipar que las 6 tendencias disruptivas que hoy vamos a analizar -esto es, que eventualmente modificarán de forma brusca y rápida el devenir del sector de la posventa-, son compatibles con ritmos de crecimiento anuales del mercado europeo del aftermarket del 1,5% hasta 2030. Palabra de McKinsey&Company, la consultora que firma el estudio sobre aftermarket que está dando a conocer estos días la asociación europea de fabricantes de componentes, CLEPA, y del que hoy nos hacemos eco. Y sí, el crecimiento a nivel mundial será mayor, del 3,1%. En el caso de China, que ya lo estaréis pensando algunos, mucho mayor, del 8,1%.

Estuve recientemente en Barcelona para asistir al Internet Motors y el Automotive News Europe Congress, y para desplazarme por la ciudad entre ambos eventos, y asistir a algunas reuniones, utilicé con frecuencia los taxis. Desacostumbrado a salir a la calle para buscar alguno libre, o algunas de sus paradas, así como a pagar y pedir facturas al final del viaje, eche en falta a Uber.

En el estudio "2025 Automotive 360º Vision by World Shopper"  analizamos las previsiones de ventas de los vehículos eléctricos teniendo en cuenta tanto factores potenciadores como resistencias al cambio. Entre otros de los factores que van a jugar a favor de la electrificación encontramos los objetivos de reducción de las emisiones, una concentración cada vez mayor de la población en zonas urbanas, la preferencia de los consumidores y la influencia global del mercado chino. Del lado de las resistencias encontramos unas mejorables relaciones precio/autonomía de los vehículos, infraestructuras de recarga en desarrollo y la inercia de la propia industria automovilística en la adaptación a este tipo de cambios.